Del ingl. resilience, y este der. del lat. resiliens, -entis, part. pres. act. de resilīre ‘saltar hacia atrás, rebotar’, ‘replegarse’.
1. f.Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
2.f.Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.
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Qué es la resiliencia infantil
Como bien nos expone la RAE, la resiliencia infantil es la capacidad de niños (y adultos también) de superar las adversidades adaptándose a las mismas y saliendo fortalecido y re- adaptado.
Stefan Vanistendael (sociólogo y demógrafo belga), autor de la famosa casita de la resiliencia, y uno de los autores de referencia en el tema, nos habla en uno de sus artículos de la metáfora empleada por los noruegos con aquellos niños que pueden desarrollarse bien a pesar de tener dificultades muy grandes en su vidas, a los que les ponen el nombre de los niños del ‘diente de león’. Ésta es una planta muy familiar por encontrarse habitualmente en cualquier jardín y en las praderas de cualquier campo. Seguro que en algún momento de nuestras vidas, todos la hemos soplado alguna vez pidiendo un deseo. Resulta curioso cómo de una planta que puede desarrollarse pese a las circunstancias adversas de su entorno, surge este molinillo tan frágil como hermoso.
Cómo ser resilientes
Todos tenemos un niño o niña dentro, todos debemos atender a ese niño pequeño que en situaciones que le superan, precisa de sostén, apoyo y aliento. Todos necesitamos de niños y de adultos, personas cerca que nos puedan querer, personas a las que querer, y que te quieran y puedan querer, y bien. Ya sé que parece un trabalenguas, pero si lo lees despacio, verás como es algo simple.
Nuestra necesidad universal de amor está presente desde que nacemos, y no desaparece a pesar de que cumplamos años.
La vida nos trae situaciones adversas, duras, a veces nos queremos rendir, y eso, es algo que nos pasa mucho a los adultos, a los que no se nos han inculcado habilidades emocionales como la aceptación, la superación, entender que la vida a veces es un desafío y que absolutamente nada, es permamente.
¿Cómo pretendemos criar niños resilientes, si los adultos nos dejamos derrotar y sin darnos cuenta perdemos la ilusión, no vivimos el presente, o no somos capaces de ver el lado bueno de las cosas o de cuidarnos? pues éste, y no otro, es el origen de todo.
Proteccion a la infancia en contexto de pandemia
En el momento actual, tengo clientes que me comentan en mis sesiones de Orientación Educativa y Familiar en Málaga, que detectan tristeza y apatía en sus hijos, algunos tienen miedo a este virus con apellido real… las interacciones entre ellos han cambiado, acaba de comenzar una nueva forma de vivir en las que las mascarillas, los grupos reducidos y la distancia social son aspectos que se quedarán un tiempo entre nosotros.
Los niños y los adultos estamos atravesando una etapa de adversidad, y no se trata de evitar a nuestros hijos esa adversidad; la clave, si queremos que se críen resilientes es no evitarles ese mal momento, sino de acompañarles a que transiten ese trago, ni más ni menos.
Protejamos a la infancia transmitiéndoles desde pequeños valores de resiliencia y superación. Trabajemos desde los adultos que somos en esos aspectos para así, poder trasladarles esa forma de vivir.
Tips para desarrollar la resiliencia en nuestros hijos
La incertidumbre que nos rodea y el miedo a que algo nos pase está muy presente en nuestras vidas, pero ésto es lo que tenemos y aunque es difícil para muchas familias con hijos, lo bueno es que es el mejor momento para criar cachorros dientes de león:
- Proporcionar un apego seguro a nuestros hijos es la llave para la resiliencia. Es primordial que ellos posean un lugar al que volver cuando las cosas se ponen feas, un lugar en el que sentirse a salvo y alentados. Así, cuando vengan situaciones desestabilizadoras, los hijos no se nos vendrán abajo.
- Un extra de apoyo en situaciones críticas nunca estará de más, usemos el contacto, la conversación, démosles ganas e ilusión por vivir. Cultivemos la esperanza.
- No evitemos nunca el sufrimiento. Éste estará presente en los diferentes acontecimientos que superen en sus vidas. Cuanto antes entiendan que no hay que evitar los baches, sino atravesarlos, mejor.
- Pongamos nombres a nuestras emociones, y ellos a las suyas, hablemos de cómo nos hacen sentir, de cómo las sentimos a nivel corporal o mental.
- Cultivemos un clima familiar en el que todos podamos sentirmos a salvo, animados, en total confianza. Aquí escribí algunas pistas sobre ello.
Si necesitáis ayuda para gestionar el miedo o la incertidumbre, contad conmigo.Tras una valoración establezco un plan de trabajo dividido en sesiones para proporcionar calma y herramientas útiles a las familias que lo necesiten; puedes concertarme una cita aqui para un encuentro presencial o por videoconferencia y trabajaremos juntos un plan personalizado.