¿Alguna vez te has preocupado al ver que tu hijo juega solo?. En sus primeras incursiones en el medio social no debe invadirnos el pánico; porque en la capacidad de socializar (como en el resto de etapas de su desarrollo), cada niño tiene su ritmo.
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Fases del juego
Desde nuestra visión de adultos, a veces no nos damos cuenta de que nuestros hijos están abriéndose al mundo como una flor, y eso, es un proceso lento y progresivo. Nosotros ya hemos olvidado esos primeros momentos de nuestra niñez en los que comenzamos a sentirnos interesados por nuestros semejantes.
Los niños viven la etapa del egocentrismo desde los dos o tres años; en ella, son incapaces de empatizar y creen que lo único que vale y prevalece son sus necesidades y forma de ver y sentir la vida. De jugar con sus padres, los pequeños, comienzan a interesarse (muy brevemente) por sus congéneres y llevan a cabo el juego paralelo (juntos pero no revueltos), es decir, juegan juntos pero ni cooperan ni comparten y apenas interactúan. A los 4 años aproximadamente es cuando aparecen los primeros rasgos de empatía, en ese momento comienzan a tener un juego más social. Poco a poco irán desarrollándose y al ser escolarizados aprenderán a manejarse en diferentes contextos.
¿Cuándo preocuparme si mi hijo juega solo?
Teniendo en cuenta lo anteriormente planteado, es hora de relativizar. No olvidemos que cada niño tiene sus tiempos y su ritmo de desarrollarse; nos será muy beneficioso observar su desarrollo de manera flexible y diferente (sobre todo si ya hemos tenido otros hijos).
Cuando debemos preocuparnos:
- Si entre los 2 y 4 años sólo le gusta jugar repitiendo movimientos excesivamente o haciéndose daño (patrones de estereotipia como mecimientos, pegarse, pellizcar etc)
- Si se alarma o se asusta mucho cuando hay otros niños a su alrededor corriendo o gritando.
- Si entre los 5 años en adelante se aisla de manera voluntaria
- Si no quiere invitar a casa a ningún amigo del cole
- Si no quiere ir al colegio
- Si no menciona amigos del cole o alguna situación que se produzca en el mismo.
- Si nos cuenta que los amigos del colegio le dan de lado.
Los otros niños no quieren jugar con mi hijo en el recreo
El entorno del recreo es un lugar alegre para nuestros hijos pero también a veces duro. El recreo no es más que un reflejo de nuestra sociedad, donde existen varios tipos de personas y éstas se agrupan (o no) según sus necesidades y contextos.
Aunque los niños ya tengan cierta edad, no dejan de ser ciertamente primitivos a la hora de relacionarse, la empatía no siempre aparece al mismo tiempo y las personalidades se van conformando poco a poco mientras observan los patrones de sus padres y van proyectando sus anhelos. Es en ese momento donde podemos ver niños que buscan más pasar desapercibidos, otros que se integran sin dificultad u otros que tienen madera de líderes.
Normalmente, cuando un niño o niña es excluído en los juegos grupales, el adulto debe estar atento a lo que ocurre. Es obvio que no podremos evitar a nuestros retoños que empiecen a vivir situaciones de rechazo o de pertenencia a un grupo, pero no debemos descuidar su bienestar psicológico.
Aquí toma una importancia suprema la educación emocional y el aprendizaje de habilidades sociales.
En mis sesiones de Orientación Educativa y Familiar en Málaga veo padres y madres preocupados porque sus hijos son rechazados o tienden a aislarse voluntariamente. En estos casos, animo siempre a realizar una seguimiento exahustivo por parte de los adultos (profesores o monitores etc) que puedan presenciar ciertas actitudes, y una observación en casa por parte de los padres y las madres. Ambos deben estar coordinados en todo momento y en plena comunicación.
Los motivos por los que un niño o niña puede ser excluído son muy variados… desde una necesidad de proteger el juego de los nuevos participantes (rigidez mental), un anhelo de liderazgo por parte de uno o varios de los niños del grupo, o incapacidad o carencia para aceptar a otros niños o niñas que sean diferentes en algo (un retraso en su desarrollo, una condición física o un aspecto concreto o simplemente son niños y niñas con un mundo interior más rico y que valoran más sus momentos de introspección, silencio y calma).
Pautas para enseñarle a hacer amigos
En la medida de lo posible, podremos ayudar a nuestros pequeños a desarrollar la capacidad de establecer relaciones sanas y equilibradas tratando de:
- Fomentar la empatía siempre de manera bidireccional
- Ofrecer diferentes contextos a parte del escolar para que puedan interactuar
- Mostrarle a aceptarse a sí mismo y a los demás
- No asociar la soledad como algo malo (como siempre nos han dicho)
- No comparar, sobre todo en los casos de que hayan hermanos
- Promover las habilidades sociales y la verbalización de sus emociones
- Impulsarles fuertemente la aceptación, la inclusión y la ayuda mutua
- Los adultos deberemos servir de modelo, por ejemplo, acercándonos a otros padres y madres para hablar en el parque o en otros contextos.
- No forzar situaciones
- No alimentar el victimismo ni el compadecimiento
- Aprovechemos el momento de antes de ir a dormir para hablar de manera relajada sobre su día, nos será util la información que nos pueda facilitar sin sentirse examinado o analizado.
- Avivar la iniciativa, no pedir permiso, sino integrarse y jugar sin mas con otros niños y niñas.
Nuestros hijos necesitan herramientas para aprender a gestionar las situaciones que se le van a presentar en su vida. Ofreciéndoles una Educacion y desarrollo de sus habilidades sociales les estaremos ayudando a ser adultos integrados, serenos y equilibrados.
Mi hija presenta esta situación en estos momentos tempranos y tan vitales. En la escuela, como es normal, no le prestan atención. Así que gracias a ti puedo manejar dicho asunto. Es cierto que para los adultos que no sabemos o tenemos dichas faltas es primordial compartir abiertamente la vida con valentía y sin complejos ni remordimientos. Gracias. Lo comparto 👏🏻👏🏻👏🏻
Muchas gracias, así es… Nadie nos enseña. Me alegra servir de ayuda 🙂
Yo cuando era adolescente viví esto . Sentí q me dejaban de lado. Lo mismo vivía en mí casa con mí hermana : me dejaba de lado. Que triste . Ahora de adultas no nos hablamos. Nunca nos llevamos bien y viene de ella. Yo soy la más chica . Creo q nunca me tomo en cuenta y sigue con el conflicto ese . Yo no siento q tengo un lugar de pertenencia familiar. Cerré todo lazo también con mí mamá ya mayor …conflicto no resuelto aún en el adulto q soy y me provoca bastante problemas en mí vida actual.
Siento que eso te genere malestar, y lo entiendo. Es innegable que las heridas emocionales que se producen en nuestra infancia tienen gran relevancia en nuestra vida de adultos. Nadie más que tú puedes saber qué te va a proporcionar más paz. Quizás buscar ayuda para gestionar la herida o dejar el cierre echado… Desde aquí te abrazo.
Hola, me siento perdida, he encontrado esto, y sigo perdida. Mi hija de casi 7 años juega sola en el patio. Es una situación nueva, siempre jugaba con 2 amiguitas y ahora prefiere jugar sola. ¿Qué puedo hacer?
Hola Ana, pueden estar pasando varias cosas, con tan poca información no me aventuro a decirte más. Yo hago sesiones de orientación, si necesitas mi ayuda puedes concertar cita en el apartado de contacto y estaré encantada de poder hablar contigo y ayudarte. Te mando un abrazo
Me duele el alma verla solita, mi hija tiene 3 años 10 meses está de oyente en prekinder porque yo trabajo ahí mismo y cuando la he observado (desde lejos) veo que está sola. En casa me dice es que no me hacen caso los demás .. es mucho más tranquila y le gusta mucho el juego de roles pero siento que no se siente cómoda o no se la verdad…